The Peninsula Hotels: donde el lujo se sienta a la mesa
The Peninsula Hotels presenta una curaduría culinaria que combina tradición, diseño y sabores inolvidables en sus propiedades de Nueva York, Chicago y Beverly Hills.
13 de agosto de 2025

Comer en The Peninsula Hotels es entrar en el mismo escenario donde discretamente se reúnen quienes definen el lujo sin palabras. Desde el brunch en Clement, en Midtown Manhattan, hasta los atardeceres californianos en Beverly Hills, estos destinos han sido elegidos por nombres reconocidos del entretenimiento sin necesidad de anunciarlo. Porque el verdadero privilegio no brilla bajo reflectores… se vive en silencio.
Nueva York: donde el arte y el sabor comparten dirección
En el Midtown de Manhattan, Clement es más que un restaurante; es una casa neoyorquina reinventada. Un lugar que equilibra el pulso del downtown artístico con la elegancia clásica de uptown. Cada salón, diseñado por el estudio Yabu Pushelberg, está pensado para responder a un ánimo distinto: desde almuerzos de poder hasta cenas suaves y musicales.
Bajo la dirección del chef ejecutivo Malte Kontor, su propuesta combina técnica contemporánea y sensibilidad global.
Los fines de semana, el brunch se convierte en ritual: waffles dorados, chicken & eggs al estilo coreano, y una estación de bagels digna de culto. Todo acompañado por piano en vivo, cócteles artesanales o champagne. En Bar at Clement, la vista a la Quinta Avenida se vuelve telón para martinis con caviar Petrossian y rarezas como el Peninsula Bourbon en colaboración con Great Jones Distillery.
Gotham Lounge resurge como un piano bar íntimo, elegante y ligeramente nostálgico, con cócteles inspirados en los años 60s y arte local en sus muros. Arriba, Pen Top ofrece una terraza elevada, envuelta en estética de loft artístico, que se vuelve destino secreto para quienes saben que las mejores vistas no son solo panorámicas.
The Peninsula New York ha sido también punto de encuentro para figuras como Selena Gomez, que han elegido sus espacios por su discreción y estética impecable.
Chicago: donde oriente y occidente comparten la altura
En el cuarto piso de The Peninsula Chicago, la terraza de Shanghai Terrace se transforma cada verano en un jardín suspendido con vista a la ciudad. Bajo la dirección del chef Elmo Han, la carta presenta reinterpretaciones modernas de la cocina shanghainesa, cantonesa y sichuanesa. El comedor interior, con su estética de Shanghái años 30, prepara la escena para cenas que combinan historia, sofisticación y vanguardia.
El comediante Matt Friend, nacido en Chicago, ha señalado que Shanghai Terrace es su restaurante favorito en la ciudad, asociado a recuerdos familiares y sabores inolvidables.
The Lobby, con techos majestuosos y ventanales de piso a techo, es un homenaje a la elegancia clásica. Su carta contemporánea americana se acompaña de momentos entrañables como el Afternoon Tea de temporada, entre porcelana fina y luz natural.
Z Bar, por su parte, representa al viajero global: coctelería de autor, cocina de inspiración internacional, música curada y diseño envolvente. Todo con vistas icónicas de Michigan Avenue.
Y al nivel de la calle, Pierrot Gourmet reinterpreta el encanto de los cafés europeos. Entre macaroons legendarios, platillos artesanales y un café impecable, se vuelve parada favorita de locales con agenda discreta. Aquí, incluso la Coffee Happy Hour tiene su propio estilo: corta, puntual y deliciosa.
Beverly Hills: un refugio para los que saben elegir
En una ciudad donde las apariencias dominan, The Peninsula Beverly Hills cultiva lo esencial: la experiencia. Aquí, cada rincón está diseñado para quienes entienden que el lujo verdadero no se presume, se siente.
En The Belvedere, el arte se sirve en el plato y cuelga en los muros. El chef Luis Cuadra crea menús donde el Dover Sole con puré de chirivía convive con una propuesta Plant-Based de cinco tiempos, cultivada en el propio huerto del hotel. El brunch del fin de semana —con champagne sin límite— reúne lo mejor de dos mundos: cocina impecable y un público que no necesita presentarse.
No es casualidad que Belvedere sea considerado una joya gastronómica entre insiders de Hollywood. El hotel ha albergado a decenas de nominados al Óscar durante la temporada de premios, convirtiéndose en refugio de quienes prefieren que el servicio hable por ellos.
Arriba, The Roof Garden ofrece cocina californiana con acento global, cócteles artesanales y atardeceres que invitan a quedarse un rato más. Las sombrillas blancas y amarillas ya son parte del imaginario local: un lugar para ver sin ser visto.
En el corazón del hotel, el Afternoon Tea en The Living Room honra la tradición Peninsula con una carta de tés extraordinarios y delicias como el Page Boy Cap Cake, un postre icónico inspirado en los uniformes históricos de la marca. Acompañado de música de arpa, cada sorbo es un viaje pausado, elegante y emocional.
Y cuando el día baja la voz, The Club Bar ofrece su refugio: madera oscura, sillones de cuero y una carta de whiskies y vinos seleccionados con el mismo criterio con el que uno elige a sus amigos. El fuego arde, las conversaciones fluyen, y los teléfonos descansan.
Una ruta con nombre propio
The Peninsula Hotels no solo crea experiencias culinarias. Crea momentos que resuenan mucho después del último bocado o brindis. En un tiempo donde lo efímero reina, estos espacios perduran.
Porque no están diseñados para todos, sino para quienes entienden que las verdaderas estrellas se mueven en silencio, y siempre saben dónde sentarse.
Para descargar imágenes en alta resolución, entrar al siguiente enlace.